Una seguidilla de cambios sorpresivos se dio este viernes en el Poder Ejecutivo. La movida de “piezas de ajedrez” en el Gabinete parece ser estratégica. Si bien a Euclides Acevedo se lo sacó del frente del Ministerio del Interior, no es para dejarlo fuera sino para ponerlo a la cabeza del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Aunque, claro, no se puede evitar relacionar el cambio con el último escándalo que salpicó de lleno a las filas de la Policía Nacional, cuando uniformados de la Colonia Torín (Caaguazú) secuestraron y extorsionaron a una pareja de brasileños, causando “una vergüenza”, según expresó el mismo Acevedo.
González y el acta entreguista
Por su parte, Federico González, quien deja la Cancillería para pasar a ocupar la dirección paraguaya de Itaipú ante la renuncia de Ernst Bergen, tampoco está ajeno a polémicas. El año pasado, su imagen se vio seriamente cuestionada cuando saltó el escándalo por el acta entreguista de Itaipú. Según sostiene hasta ahora el expresidente de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE), PedroFerreira, Federico González le había intimado a firmar el documento lesivo para los intereses de Paraguay o, de lo contrario, que presentara su renuncia.
Federico González, por su parte, negó rotundamente haber intimado a Ferreira.
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De hecho, esta misma tarde, cuando se supo del cambio, un sector de la ciudadanía comenzó a activar en redes sociales, advirtiendo sobre la atención que se le debe prestar al hecho de que asuma la directiva de Itaipú justamente quien es sospechado de participar del acuerdo entreguista.
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Solo les toca a algunos
Y en medio de toda esta vorágine de cambios, es inevitable preguntarse, ¿por qué el golpe de tablero solo le toca a algunos y no a otros?
Mientras a Acevedo la corrupción policial le costó el cargo, a Arnoldo Wiens la sobrefacturación de la pasarela de Autopista Ñu Guasu no lo movió un centímetro de su silla, a la que sigue bien atornillado.
Otro que ya demostró suficientemente que tiene habilidades para mantenerse en el poder es Juan Ernesto Villamayor, quien en su momento estuvo al frente del Ministerio del Interior, y cuando todos pensaban que su salida significaba que ya estaría fuera del gabinete, Mario Abdo lo volvió a colocar en un cargo aún más cercano: como jefe del Gabinete Civil de la Presidencia, demostrando así la gran confianza que le tiene.
Villamayor y su cintura política
Pero, aunque ya estuvo metido en una gran polémica, Villamayor no se quedó ahí, y volvió a verse envuelto en un nuevo entramado por el que se le pidió explicaciones, pues se había mantenido oculto: intentos de negociaciones con Venezuela por la deuda con PDVSA.
Con su característica habilidad de discurso, Villamayor se defendió como pudo ante la prensa, y dijo que el borrador del acuerdo estaba disponible, pero luego “no lo hallaba”.
Tan intrincado estuvo el asunto que Juan Ernesto Villamayor fue interpelado por el Congreso Nacional.
Y, mientras el Poder Legislativo define si le da el voto de censura o no al alto funcionario, la ciudadanía se pregunta, ¿Cuándo le tocará también el cambio a autoridades como Wiens y Villamayor? ¿O existe algún tipo de trato especial con ellos?
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