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Ya se ha vivido una época muy similar en el pasado, al comenzar el uso de computadoras personales, cuando todavía se utilizaba de forma masiva las máquinas de escribir, dijo el Ing. Tamatiá Colmán, al comparar con el proceso de cambio que se está dando desde la movilidad a combustión y la eléctrica.
Añadió que anteriormente las computadoras personales también eran muy onerosas y difíciles de usar, porque venían con un sistema operativo (DOS) por líneas de código, que con el tiempo mejoró y la tecnología se hizo más gráfica, se abarató y se masificó. “Hoy nadie anda sin una computadora (personal) en su casa, aunque la misma prácticamente haya sido sustituida por los celulares”, resaltó.
Sobre el tema de la electromovilidad, el experto afirmó que estamos en una etapa de transición, donde la tecnología de movilidad basada en motores a combustión está dando espacio a una nueva tecnología en esa aplicación, porque los motores eléctricos siempre existieron.
Una tecnología más eficiente
Enfatizó que la aplicación de esta tecnología es más eficiente, más amigable con el ecosistema y tiene un costo operativo muchísimo menor que la tecnología anterior.
Dijo que este proceso es natural y que efectivamente todas las marcas de autos y camiones que hoy se conocen ya tienen sus proyectos de movilidad eléctrica en desarrollo y con productos en el mercado. “Entonces, yo cambiaría la palabra es posible por es inevitable”, enfatizó.
Al señalársele que actualmente más que de la potencia del motor o la autonomía, se habla del tamaño de las baterías y qué hacer con ellas (después) por el tema de medioambiental, Colmán recordó que cuando el PTI inició su proyecto, allá por el 2010, efectivamente el auto eléctrico era una innovación, pero algo que se veía más bien en laboratorios y que alcanzaba una autonomía máxima de 100 kilómetros, extremadamente caros y con baterías grandes y muy pesadas.

Sin embargo, diez años después, lo que hoy se tiene ni siquiera es comparable con lo que había en aquella época. “Uno puede tener un auto 100% eléctrico y usarlo de la misma forma como utiliza un auto a combustión hoy: se sube, prende y anda. No tiene que ser ingeniero o contar con un manual; es más, el uso y el mantenimiento es mucho más simple”, aseguró.
En términos de autonomía, indicó que en el mercado paraguayo ya existen autos eléctricos de entre 160 y 400 kilómetros de autonomía, y son prácticamente equivalentes a un auto a combustión.
En cuanto a la preocupación de qué hacer con las baterías de aquí a 10 o 15 años, comentó que ya existen varias alternativas estratégicas en desarrollo como, por ejemplo, la de la “Segunda vida”, que implica dejar de usar esas baterías en aplicaciones de movilidad y llevarla a una aplicación estacionaria, como un banco de baterías de un sistema de energía solar.

Transporte público 100% eléctrico
Preguntado cómo se puede incentivar la migración hacia la movilidad eléctrica, el ingeniero Colmán manifestó que, efectivamente, a escala global hay una adopción masiva (de la electromovilidad). Afirmó que hay grandes montadoras que todavía no comercializaron un solo auto eléctrico, pero su valor de mercado ya es superior al de una compañía tradicional.
“Lo que hay que hacer en Paraguay es una transición muy buena, y eso representa dos ejes principales: El primero es usar nuestra energía, principalmente en buses eléctricos, que en Asunción ya tenemos algunos andando, y el transporte público en Paraguay debería ser 100% eléctrico”, recomendó.
Añadió que nuestro país importa el 100% de combustible fósil y más del 90% de esa importación lo usa en el transporte público, con la consiguiente cuantiosa salida de divisas.
Agregó que, por otro lado, el mayor costo operativo de los ómnibus es el combustible y, como referencia, un auto eléctrico puede hacer un recorrido de 100 kilómetros por apenas G. 8.000.
“Con el precio de un litro de combustible fósil se puede recorrer esa distancia de 100 kilómetros, y si lo trasladamos a los buses, eso va a redundar en que el pasaje será más accesible”, destacó.
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Tenemos las mejores condiciones en el país
Preguntado qué puede hacer Itaipú para que este tema sea una política de Estado, Colmán manifestó que allí se enfoca en el segundo eje, que está centrado en la industrialización; es decir, insertarse en la cadena productiva de la movilidad eléctrica mundial. “Paraguay tiene las mejores condiciones en Sudamérica y una de las mejores del mundo para la industrialización (fabricación) de vehículos eléctricos”, afirmó.
Dijo que el vehículo eléctrico no es solamente batería, sino también motor, cableados, desarrollo de software, electrónica y Maquila.
Añadió que si se impulsa el nicho industrial de la movilidad eléctrica, también se estará movilizando varios sectores tecnológicos muy importantes para el país. “Entonces, la inserción de Paraguay en la cadena productiva de la movilidad eléctrica hoy es estratégico y es una política de Estado”, apuntó.
Insistió que hoy avanzar hacia la movilidad eléctrica “es una política de Estado”, teniendo en cuenta que altos representantes del Gobierno nacional estuvieron hace poco en Corea del Sur visitando centros especializados, universidades, que está encaminado un acuerdo para montar un centro especializado de movilidad eléctrica en Paraguay.
Subrayó que el Paraguay es un “tesoro muy bien escondido” para lo que es la movilidad eléctrica, a la que se suma la maquila, la Ley 60/90 (de incentivos fiscales para la inversión), la mano de obra calificada y la mano de obra joven. “Tenemos todas las condiciones, y no estoy hablando de Itaipu y Yacyretá. El Paraguay se está moviendo”, insistió.
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Cargadores están habilitados
Por otra parte, para la operación de las estaciones de recarga de vehículos eléctricos, instalados por el Parque Tecnológico Itaipú Paraguay-PTI-PY, en el marco del proyecto denominado Ruta Verde, se encuentran habilitados oficialmente por el Ministerio de Industria y Comercio (MIC) desde mediados del año 2021, según informó el ente.
Según los datos, el objetivo del proyecto es poner a disposición recargadores de vehículos eléctricos, de manera a aumentar la autonomía de viaje de estos automóviles a lo largo de la ruta PY02.
Tras visitas técnicas y verificaciones realizadas por técnicos del Instituto Nacional de Tecnología, Normalización y Metrología (INTN), las habilitaciones del MIC fueron emitidas entre los meses de febrero y mayo del presente año, aprobándose oficialmente la operación de las estaciones de recarga.
El PTI-PY, en conjunto con la Asesoría de Energías Renovables y el financiamiento de la Itaipu Binacional, instaló las estaciones de recarga para vehículos eléctricos en cuatro estaciones de servicios localizadas sobre la ruta PY 02 en las ciudades de Piribebuy, Coronel Oviedo, Caaguazú y Juan León Mallorquín.
Añade que fueron probadas con éxito las estaciones de recarga utilizando diferentes modelos de vehículos eléctricos y conectando a los distintos tipos de conectores disponibles actualmente.
Cada estación de servicio tiene diferentes tipos de cargadores, desde los lentos (de 3,5 kW, de 7 kW), pasando por los semi rápidos (22 kW) hasta los rápidos de 50 kW (Instalados en las ciudades de Piribebuy y Caaguazú). El área de tecnologías energéticas fue la responsable de la puesta a punto de estas estaciones.
El conector “estrella” es el cargador rápido CIRCONTROL, ubicado en la ciudad de Piribebuy, que cuenta con tres tipos de conectores: del tipo CHADEMO y CCS Combo (los cuales operan a potencias de 50 kW DC) y el tercer cargador, del tipo 2, operando a 43 kW AC. Este cargador permite la carga de las baterías del Vehículo Eléctricos del 20% al 90% en aproximadamente 20 minutos.
Así también, se destaca el sistema solar fotovoltaico, encargado de brindar energía limpia al sistema de recarga de carga lenta, apoyado en los bancos de baterías instalados para proveer energía en caso de corte de la ANDE.
Tanto la Itaipu Binacional como el PTI-PY consideran que este es un paso fundamental para llevar al Paraguay hacia la movilidad eléctrica, teniendo en cuenta que es uno de los mayores generadores de energía limpia y renovable del mundo.
En cuanto al costo del consumo, según las estimaciones técnicas, una carga completa para 400 kilómetros estaría entre los G. 20.000 a G. 30.000, frente a los G. 400.000 requeridos para un tanque lleno de combustible fósil.