Ornamentos de la Plaza de la Democracia: “atentan contra la seriedad y el buen gusto”

Este artículo tiene 3 años de antigüedad
Duras críticas a la ornamentación de "Nenecho" en la plaza de la Democracia.
Duras críticas a la ornamentación de "Nenecho" en la plaza de la Democracia.

La Plaza de la Democracia sufrió varias transformaciones desde tiempos inmemoriales. Primeramente, el lugar albergaba al Mercado Guasu que luego fue llevado al lugar donde se encuentra hasta ahora el Mercado Municipal N° 4. Luego llegaron los sucesivos cambios hasta el último, donde colocaron cubiertas pintadas como ornamento de una de las cuatro principales plazas de la capital del país.

Gran indignación causó la ornamentación que el intendente de Asunción, Óscar “Nenecho” Rodríguez autorizó para que se coloque en la Plaza de la Democracia, utilizando neumáticos pintados, que finalmente fueron sacados del lugar.

La Plaza de la Democracia cuenta con una vasta historia de cambios en su diseño, desde sus inicios.

En la década de los 70 tuvo el diseño de bandera inglesa, que consistía en camineros en forma perpendicular y en el centro algún elemento importante, comenta el arquitecto Ricardo Meyer.

Recuerda además, que en algún momento el elemento central fue un enorme cantero de flores, otro un estanque de agua y en su última etapa una fuente luminar de donde salían agua y luces.

Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy

Plaza de la Democracia: En la década de los 90 su transformación fue radical

Es inolvidable para la ciudadanía la transformación que sufrió la plaza con la construcción del estacionamiento subterráneo que obligó a dejar gran parte de la plaza sin arena.

“Solo quedaron los canteros con algunos árboles, la zona comercial, en donde algún tiempo funcionó una oficina municipal y el puente que comunicaba la parte superior con la inferior que cayó durante un evento” recuerda Meyer.

El techo metálico, a pesar de que se constituía en el único lugar que daba sombra, también fue muy cuestionado en la mencionada década.

La misma se fue deteriorando con el sol y la lluvia hasta que cayó parte de la estructura, con una tormenta y finalmente la estructura fue retirada.

La Plaza de la Democracia se convirtió en inhóspita, sin árboles ni sombra artificial.

También se eliminaron las dos torres de agua que estaban instaladas hacia la calle Estrella, manifiesta el exdecano de la Facultad de Arquitectura de la UNA.

Para Ricardo Meyer, las intervenciones eran dignas, porque había un respeto a la ciudad, aún estando de acuerdo o desacuerdo con los cambios que se realizaron.

Imagen de la fuente luminar de donde salía agua y luces en 1997 y una fotografía actual de la plaza de la Democracia, luego de que hayan quitado las planteras de neumáticos.
Imagen de la fuente luminar de donde salían agua y luces en 1997 y una fotografía actual de la Plaza de la Democracia, luego de que hayan quitado las planteras de neumáticos.

“Esta última intervención atenta contra la seriedad, el diseño y el buen gusto”

Respecto a la intervención urbanística realizada dentro de la administración de Nenecho Rodríguez, con la colocación de cubiertas pintadas con algunas flores dentro, en la Plaza de la Democracia, Meyer asegura que “atenta contra la seriedad, el diseño y el buen gusto”.

Agrega que si no se quitaban las cubiertas eso iba a estar llena de basura, que la calidad de ejecución de las obras tampoco era digna.

“El diseño urbano es una cosa seria, hay manuales de equipamientos urbanos para cuidadores para que tenga calidad de diseño; se usaron elementos de desecho con mala ejecución técnica y se le quitó protagonismo a una de las cuatro plazas más importantes de la capital” expresó.

Plaza de la Democracia en 1974, con diseño de bandera inglesa, que consistía en camineros en forma perpendicular y en el centro un elemento importante.
Plaza de la Democracia en 1974, con diseño de bandera inglesa, que consistía en camineros en forma perpendicular y en el centro un elemento importante.

La plaza y los turistas

Para el profesional de la arquitectura, los espacios públicos deben ser pensados “para los que vivimos acá, se debe hacer por la gente que vive en la ciudad”.

Manifestó que no hay que esconder la basura debajo de la alfombra o preocuparse por lo que opinen “los de afuera”.