A 9 años de la liberación

Hace nueve años, el secuestro del ganadero fue uno de los sucesos que marcaron la agenda de las autoridades. Se trataba de uno de los secuestros más significativos durante el periodo de consolidación del EPP como grupo criminal, que se sostenía con ilícitos como este. También de uno de los secuestros más largos. No sabíamos entonces que vendrían otros mucho más prolongados, como el de Edelio Morínigo, que lleva 1.658 días privado de su libertad y el de Félix Urbieta, que cumple hoy 827 días en cautiverio.

La noticia como reguero de pólvora, en un atardecer de calor sofocante. Era un rumor, que pronto se confirmó con una conferencia en Mburuvicha Roga. Al día siguiente llegaron las primeras imágenes, donde se lo veía muy diferente a la imagen que tenía en sus fotos anteriores: estaba escuálido, demacrado, con barba y pelo largo.

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Los captores de Fidel lo soltaron a unos 15 kilómetros al norte de su estancia “Rancho Z”, en la ciudad de Concepción, cerca de las 15:00. Ese domingo, fue llevado en moto por uno de los secuestradores desde el sitio donde estuvo cautivo hasta una zona apartada en inmediaciones de un retiro abandonado que se denominaba Santo Domingo.

Caminó por al menos seis horas. Cruzó nadando el arroyo Trementina hasta llegar a una zona donde el walkie que le entregó el criminal captó una señal y así pudo contactar con un empleado de su estancia para indicarle las coordenadas de su ubicación.Noventa y cuatro días después, pudo escuchar una voz conocida, poco después de las 20:00. Fue recogido en un tractor y devuelto finalmente a su familia.

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Durante ese tiempo, Zavala fue constantemente movido. Pasó su cautiverio en al menos 13 campamentos, de acuerdo a lo que pudo notar.

Los criminales exigieron la suma de US$ 5.000.000 como rescate, pero finalmente fue puesto en libertad tras un pago de US$ 550.000. La familia Zavala también fue obligada a entregar carne a comunidades pobres.

El 15 de octubre de 2010 Fidel Zavala esperaba ser recogido por uno de sus asistentes en la estancia Doña Mabel de la localidad de Paso Barreto, Concepción. El hombre se detuvo y bajó de la camioneta en la que iba para abrir uno de los accesos a la propiedad rural. Ese momento fue aprovechado por los secuestradores, quienes abordaron el vehículo y llegaron hasta el casco central de la estancia.

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Los mismos se identificaron como miembros del autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP). El grupo que perpetró el plagio estaba compuesto por Osvaldo Daniel Villalba Ayala, alias “Alexander”, quien tomó el mando de la camioneta del ganadero, una Toyota Hilux, con chapa ATC 434. A su lado estaba Magna María Meza Martínez, alias “Lety”.

El hacendado -esposado- se sentó en el asiento trasero, en medio de Isax Burgos Aguilar, alias “Ito”, y Gabriel Zárate Cardozo, alias “Simón”. El resto de la banda iba en la carrocería: Manuel Cristaldo Mieres, alias “Santiago”; Nimio Cardozo Cáceres, alias “Aníbal”; Alejandro Ramos Morel, alias “Jota”; Bernardo Bernal Maíz, alias “Coco”, y Noel Adalberto Ovelar Martínez, alias “Matungo”.

Tras exigir la sideral suma por la libertad de Zavala, los secuestradores ofrecieron una prueba de vida: un pendrive con un video que fue dejado en la estancia “Rancho Z”, donde tres meses después sería liberado.

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La última prueba de vida fue una conversación por radio entre el secuestrado y su hermano Diego.

Fidel: "Decile (a su esposa) que aprecio los momentos que pasé con ella, por si me pasara algo, che ra’a. Precaución, Diego, para la entrega y para que me reciban. Fuerza, hermano. Te quiero mucho, che ra’a. Yo estoy tranquilo por acá.

Diego: Yo también te quiero mucho, hermano, y te extraño.

Fidel: A la vieja (por su mamá), un beso grande.

Diego: No te preocupes, Fidel. Vos mismo le vas a dar esos besos y abrazos después.

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Esta es parte de la conversación que hubo entre ambos. Poco después, la familia lanzó el dinero desde una avioneta con las coordenadas establecidas por los captores y ocho días después fue dejado en libertad.

Noel Adalberto Ovelar fue condenado en 2014 a 30 años de pena privativa de libertad, más 5 años como medida de seguridad. Fue declarado culpable de secuestro, homicidio doloso en grado de tentativa -por el caso del suboficial Víctor Martínez, quien quedó gravemente herido tras la explosión de una bomba-, robo agravado y asociación criminal.

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“Matungo” Ovelar, integrante confeso del EPP, fue reconocido por Zavala como uno de sus captores. Había sido detenido con US$ 1.900 pagados por el rescate.

El coacusado Néstor Ocampos recibió una pena de 12 años de prisión, como cómplice de secuestro y coautor de asociación criminal.

Las autoridades consiguieron detener a más “epepistas” como Hugo Diosnel Gill Torres y Graciela Samaniego López, quienes cayeron el 20 de marzo de 2012 en Horqueta. Tenían consigo tres billetes de US$ 100 que correspondían al dinero del rescate de Zavala.

Nimio Cardozo Cáceres, alias “Aníbal”, fue abatido el 24 de setiembre de 2010. entre sus pertenencias hallaron otros US$ 800 del plagio.

Édgar Mancuello cayó el 6 de octubre de 2012 en la colonia Zanja Morotí de Azote’y, en posesión de US$ 2.500 también pagados por Fidel.

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La terrible experiencia que vivió y la exposición mediática ganada parecieron insuflar el bichito de la política en Fidel Zavala. En su primera conferencia de prensa, dos días después de la liberación, hizo algunas declaraciones en las que expuso sus inquietudes.  “Yo creo que este país tiene que cambiar de rumbo necesariamente, nuestra gente, los sectores carenciados tienen que surgir, tienen que volverse a recuperar los valores, tenemos que recuperarnos de la politiquería barata, que a razón de algunos que quisieron quitar rédito casi me condenaron a la muerte”, indicó. 

Ese día también se pronunció en contra de las listas sábana. 

Nueve años después, la vida lo encuentra ocupando un curul en la Cámara de Senadores, por el partido Patria Querida.