¿Qué pasó con las pilas?

El debate sobre la recolección de pilas y baterías resurgió el año pasado con la imputación de Rubén Figueredo, presidente de la Fundación Itá Enramada, quien se encargaba de acopiar dichos materiales nocivos para la salud. Desde entonces, se hizo evidente el déficit que existe a nivel nacional en cuanto a la forma correcta de desechar estos productos.

Anteriormente, la Municipalidad de Asunción realizaba el tratamiento de pilas y baterías de uso doméstico a través de la empresa Sermat. Sin embargo, no cuentan con un contrato vigente, por lo que en octubre del año pasado la Comuna anunció que estaba en tratativas para renovar los contratos con dicha entidad.

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David Cardozo, director general de Gestión Ambiental de la Comuna capitalina, había señalado que, ante la vigencia de la nueva Ley 5.882/17, la Municipalidad se había propuesto trabajar conjuntamente con el Ministerio de Industria y Comercio y la Secretaría del Ambiente.

En la página web del municipio destacaron el articulo 10 de dicha normativa, el cual señala que las municipalidades deberán establecer mecanismos de recolección, transporte, tratamiento y disposición final de las pilas y baterías.

Hasta la fecha, no se ha ejecutado ningún mecanismo, o al menos los ciudadanos no están al tanto de ello. Mientras tanto, los materiales nocivos siguen siendo desechados de la misma manera que cualquier basura común.

Intentamos conversar en retiradas ocasiones con los representantes de la Comuna capitalina, empezando con el director de Medio Ambiente, David Cardozo, quien no respondió a ningún mensaje o llamada, a pesar de haber contactado en reiteradas ocasiones hasta con su secretario para aclarar el motivo de la llamada.

Al igual que él, otros encargados de distintas dependencias municipales que deberían estar informados sobre el asunto, como la Dirección de Aseo Urbano o de Fiscalización, tampoco han sabido responder a nuestras consultas o directamente evitaron atender las llamadas o mensajes. Todos indicaron que solo Cardozo era quien podía dar detalles sobre el tema.

Tal y como el propio Cardozo había dicho en octubre del año pasado, la única opción que tienen los asuncenos sigue siendo la de "guardar las pilas en sus casas".

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Las pilas que usamos a diario contienen variados compuestos químicos. Las más comunes tienen mercurio, plomo y níquel. Una vez agotadas, generalmente, van a parar a los vertederos, donde la lluvia arrastra estos compuestos nocivos para la salud hasta los arroyos y ríos. Finalmente, contaminan los peces y a las personas que viven en los alrededores.

La Comuna no cuenta con equipamiento especial para la recolección y disposición final de residuos tóxicos como estos.