El meteorólogo Edward Lorenz descubrió, al estudiar el comportamiento de la atmósfera, el “efecto mariposa”. Consiste en que la vibración de sus alas sobre una amapola puede introducir una ínfima vibración en el sistema de fluido hasta desencadenar el caos en la otra parte del mundo por una progresiva reacción en cadena. El aleteo en una pradera de Australia puede provocar un devastador huracán sobre el Estado norteamericano de Florida.
En nuestra atmósfera política y social, la progresiva reacción en cadena se inicia, por ejemplo, en la tolerancia a diputados y senadores irresponsables que incumplen con su obligación de asistir a las sesiones; pero cuando aspiraban al cargo empapelaban el país con promesas de honestidad y trabajo.
¿Y qué hay de los “amigos” que se pasean tranquilamente por las calles, o sentados en sus asientos parlamentarios, cuando pesan sobre ellos delitos tan graves como el narcotráfico?
¿Qué hay de los contrabandistas de cigarrillos? ¿Y los acusados de lavado de dinero proveniente de drogas prohibidas y otros delitos?
¿Qué castigo hubo para Horacio Cartes y 25 senadores que pretendieron impulsar la reelección presidencial a espaldas de la Constitución Nacional? ¿Se investigó de dónde cayó la orden para asesinar a un joven liberal?
¿Cómo el presidente Mario Abdo Benítez, con total cinismo, intenta igualmente violar la Constitución al expresar su aspiración de presidir la Junta de Gobierno de la ANR?
¿Cómo se puede robar tan impunemente al Estado desde las Gobernaciones o Municipalidades?
¿Qué hay de las licitaciones arregladas para que ganen determinadas personas o empresas? ¿Y qué de la despenalización de las declaraciones juradas falsas? El juramento es un compromiso cuyo incumplimiento es punible. En otros países, desde luego.
¿Y qué hay...? ¡Suceden tantos hechos delictivos que no cabrían en todas las páginas del diario!
Todos estos casos, expuestos a la disparada, tienen dos responsables: El Poder Judicial y el Ministerio Público. Son los grandes lavadores, más que de dinero sucio, de conductas sucias que ahogan al país. En esas dos instituciones es posible encontrar la raíz de los grandes males que nos agobian. ¿Están presos los delincuentes mayores? No lo están, ni lo van a estar. Con dinero y poder político tienen de rodillas a la clase política y a la justicia.
¿Lamenta la Fiscalía General del Estado la trágica muerte de uno de los suyos? En los papeles sí, pero esta tragedia no le servirá para enmendarse. Seguirá al servicio de quienes tanto daño causan al país.
Con la justicia que padecemos nos esperan días más aciagos aún. La delincuencia, disfrazada de empresarios y de políticos, pavimenta nuestras calles, se infiltra en las instituciones, reina en el Poder Judicial y el Ministerio Público.
En las redes sociales se reiteró que Marcelo Pecci no morirá en vano. Se tiene la ilusión de que algún fiscal tomará la posta y proseguirá con las investigaciones. ¿Cómo? ¿Con la señora Quiñonez al frente de la Fiscalía General?
El “efecto mariposa” causa estragos. Hubo demasiada complicidad con los primeros aleteos, con actos delictivos a los que se alentaban con la impunidad más escandalosa. Y aquí estamos, de brazos cruzados, lamentando no solo el asesinato de un fiscal; también la agonía moral de un país tomado por la delincuencia.