“La crisis de aprendizaje en matemáticas es generalizada. Los recursos socioeconómicos se asocian positivamente a los niveles de aprendizaje. Los más vulnerables económicamente generalmente tienen peores desempeños y los más favorecidos mejores desempeños”. Lo señala el diagnóstico del actual sistema educativo paraguayo, realizado en el marco del diseño de la estrategia del Plan Nacional de Transformación Educativa (PNTE). Se basa en los resultados de PISA-D, e indica que también son preocupantes los índices en ciencias y en lectura.
El plan de Transformación Educativa propone, ante esta crisis, un cambio en el enfoque de la educación paraguaya. Sin análisis del contenido curricular por el momento, se proponen 9 políticas públicas. Plantea aumentar el presupuesto para educación. Propone inclusión, para que todos los niños y niñas tengan acceso a un sistema de calidad. Habla de interculturalidad, porque somos un país donde conviven distintas culturas, nativas y foráneas. Se habla de género, porque niñas y niños deben tener, por ejemplo, sanitarios diferenciados en las escuelas. Y se habla de personas sujetos de derechos, porque como seres humanos tenemos derechos.
Pero el grupo que se identifica como “provida” y “profamilia”, compuesto principalmente por católicos y evangélicos, se cierra al uso de las palabras inclusión, interculturalidad, género, derechos. Qué fuerte. Se trata de conceptos que existen aunque se nieguen. A la oposición de este grupo se suman gremios docentes, que afirman que en la elaboración del plan no hubo suficiente debate. Y es que gran parte de los diálogos se realizaron en plena pandemia, mientras los parientes de alumnos y docentes fallecían de covid.
Ahora, cuestionado, el MEC pospone la entrega del PNTE al Poder Ejecutivo y dispone la socialización del plan hasta abril. Deja entrever que no dieron a conocer antes todos los documentos que hacen al proceso y, a la vez, asume que no consultaron lo suficiente.
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Temeroso de perder las elecciones generales y declarado pro familia y pro vida, en vez de plantear un sano debate, el Gobierno Nacional, a través del MEC, decide patear el “problema” hacia adelante, a ver qué pasa después de las elecciones generales de abril de 2023.
Mientras, entre mitos y verdades sobre la Transformación Educativa, las escuelas se caen a pedazos, no hay merienda escolar para todo el año y la educación está lejos de ser gratuita. Sentado en un pupitre roto, un delgado niño lleva su viejo lápiz a la boca y piensa en su futuro...