Los niños, no!

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Usando el miedo y la desinformación como herramientas, grupos conservadores que se dicen “pro vida” y “pro familia” están logrando imponer su agenda aunque esto signifique sacar alimento de la boca de cientos de estudiantes y dejar sin fondos los kits escolares. En un país con casi 700 mil niños, niñas y adolescentes fuera del sistema educativo y más de 75.000 chicos en peligro de abandonarlo, no podemos pegarnos el lujo de eliminar incentivos que, encima, se sostienen con donaciones.

La educación está en crisis, lo sabemos. Esfuerzos se están haciendo por mantener a niños, niñas y adolescentes en el sistema educativo. Para sumar, la Unión Europea (UE) firmó un convenio con nuestro país en 2020, otorgando 21 millones de euros directamente al MEC, que ya usó 5 millones.

Con ese dinero se pagaron en los últimos años, útiles para casi 1.500.000 estudiantes, alimentación escolar para 50.000 alumnos, libros de refuerzo en castellano y matemáticas, y reparaciones urgentes en infraestructura, además de financiarse otros proyectos.

Pero buscando imponer una educación pública basada en sus creencias religiosas, grupos evangélicos y católicos, apoyados por oportunistas políticos -principalmente cartistas-, iniciaron una campaña contra el convenio. Usan para eso a los niños que dicen defender.

La dictadura se impuso con el cuco del comunismo. Ahora amenazan con que todos los niños y las niñas serán víctimas de abusos, “convertidos” en homosexuales, lesbianas o trans. Es una amenaza sin fundamento, por eso recurren a la desinformación y a fuertes discursos de odio; no se apoyan en lo racional, sino, en inseguridades y miedos de la gente.

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Los diputados reafirmaron esta semana su posición de derogar el acuerdo. Tienen el apoyo de Santiago Peña y Pedro Alliana, que demostraron total desconocimiento del convenio, cómo derogarlo y de las consecuencias de hacerlo.

Quienes toman las decisiones no tienen sus hijos en escuelas públicas, no reciben el alimento más importante del día en el aula, ni usan una letrina porque no hay dinero para infraestructura. Los hijos y nietos de los líderes “pro familia” no dependen de kits escolares ni de materiales de refuerzo

Según la Constitución Nacional, la educación en instituciones públicas debe ser laica, garantizando la libertad de culto y el respeto de los derechos humanos. Este es el verdadero trasfondo de la cuestión. Junto con la intención de ganar poder, claro. Debatámoslo nosotros, los adultos, pero NO saquemos a los chicos los escasos beneficios que los mantienen en el sistema educativo y que, lejos de recortarse, deberían ampliarse.