Hechos y consecuencias

Suele decirse que hay cosas que solo pasan en Paraguay sin tener consecuencias. Pero no es tan así.

La desvergonzada reunión de seis ministros de la Corte con el presidente del Partido Colorado, Horacio Cartes, el presidente Santiago Peña y el asesor político de la Presidencia, José Alberto Alderete, en la que no se sabe exactamente qué temas se trataron –pero se supone lo peor– no motivó, hasta ahora, la crisis político institucional que merece.

Sin embargo, la historia política más o menos reciente en Paraguay nos muestra que nunca este tipo de episodios pasa desapercibido.

Nicanor Duarte Frutos, siendo presidente de la República, en 2006, asumió por un rato la presidencia del Partido Colorado, violando la Constitución. Dos años después caía el Partido Colorado del poder.

Horacio Cartes, en 2017, pretendía la inconstitucional reelección. Provocó una crisis institucional que le costaría perder el poder, pese a toda su fortuna, al año siguiente.

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Obviamente, esta mención a dos hechos políticos simplifica los motivos que llevaron a cambios políticos importantes.

Pero, lo que es indudable es que el actual grupo de poder sigue llenando todos los casilleros que lo identifican como una banda de personas dispuesta a cualquier cosa para mantener su dominio político y económico en Paraguay.

A esta altura ni siquiera se preocupan por guardar las formas democráticas (en realidad, no lo hicieron desde el primer momento).

Se dice también que al paraguayo medio le gustan las demostraciones de poder absoluto de parte de las autoridades.

No obstante, hay cuestiones que también lo mueven a la rebelión.

Una de ellas es que los traten como si fuesen idiotas. Por ejemplo, cuando un ministro de la Corte dice que se reunieron en secreto con Cartes, con Alderete y con el presidente Peña para tratar temas administrativos.

También cuando autoridades, como el presidente del Senado, Basilio Núñez, miente abiertamente o falsea hechos pretendiendo confundir. Acusan y destituyen a un intendente como Miguel Prieto por presunta corrupción personas que tienen denuncias mucho más que graves en su haber.

Tampoco al paraguayo le gusta que se cometan injusticias flagrantes, como la expulsión de la senadora Kattya González.

Se trata de una suma de hechos que, como en otras oportunidades, tendrá consecuencias. Es cuestión de esperar.

mcaceres@abc.com.py