La entrevista a Sebastián Marset forma parte de una estrategia, según analizó el criminólogo Juan Martens. Destacó que, cuando alguien está en un proceso penal, debe mover tres patas: la jurídica, la política y la comunicacional.

“Hay que construir el relato del caso. Esta es una creación de una narrativa para desacreditar o acreditar una postura. Para sembrar dudas o desmantelar una investigación”, señaló el experto.

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Destacó que a Marset se le veía súper tranquilo y quería transmitir la idea que es un “uruguayo como cualquiera. Que estamos ante una persona común y no un monstruo”, según destacó. Martens agregó que todo esto abona la idea de que es una persona que está viviendo y explorando un negocio ilícito y no es tan malo.

“Estamos ante un fenómeno que reconstruye lo feo y lo peligroso. Vemos a un hombre no tan asociado a un criminal”, mencionó Martens.

El criminólogo mencionó que la criminalidad es un tema regional, que avanzó tanto en los últimos años y que nuestros Estados miran perplejos. “Las nuevas tecnologías y el dinero que implica la nueva forma de actuación empresarial, nacional y transnacional demuestra que nuestros Estados son pequeños y necesitan reinventarse.

Lucha contra el narcotráfico también debe ser cultural

Subrayó que se debe hacer una disputa cultural contra el narcotráfico. Más allá de infraestructura y radares, no debe haber agresión ciudadana. “Es un problema cultural y hegemónico que debe ser tratado de manera transversal.

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Destacó que se necesita el mensaje de protección y que se debe ir fortaleciendo el Estado de Derecho. “Si tenemos autoridades que dicen que ya no pueden más, entonces quién va a defendernos”, mencionó.

Martens recordó que la lucha contra los narcos es desde el año ‘60 y no dio resultados. Mencionó que tal vez se debe cambiar el abordaje del problema. “Hay que mirarlo desde una mirada de problema de Salud Pública y no como un problema penal. Tenemos las condenas más altas y aún así vamos perdiendo esta batalla”, aclaró.

Legalización de la marihuana podría probarse, dice

En el caso de la marihuana, la legalización podría probarse, dice. “Si el cannabis es una industria floreciente, por qué no podemos hacerlo en Paraguay. Uruguay liberalizó y no fue una catástrofe”, mencionó.

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Martens lamentó además que en Paraguay solo tenemos un centro de desintoxicación. “Lo que queda claro es que si no intervenimos como Estado, esto no nos va a dejar vivir más”, finalizó.