La Fiscalía informó que, en materia de robo, hurto y robo agravado, se registra en promedio nueve hechos de inseguridad por hora en todo el país.
Según los datos oficiales, entre enero y septiembre se contabilizaron 58.230 denuncias.
De ese total, la Fiscalía detalló que unas 26.000 denuncias corresponden a hurto, 21.000 a hurtos agravados, 5.600 a robos agravados y alrededor de 4.000 a robos.
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El subregistro, la parte invisible del problema
Para el criminólogo Juan Martens, las estadísticas oficiales no reflejan la verdadera dimensión de la inseguridad. “Los números de la Fiscalía y de la Policía no reflejan la realidad, sino apenas un porcentaje muy pequeño porque muchas personas no denuncian estos delitos y entonces quedan en el subregistro”, dijo.
Según explicó, solo tres de cada diez delitos llegan a registrarse formalmente, mientras que el resto queda fuera de las estadísticas.
Mencionó que hay que elevar estos datos al 70%, pues explicó que tres de cada 10 delitos se registran y el resto queda en el subregistro.
El especialista atribuyó este fenómeno a la desconfianza ciudadana en las instituciones. Agregó que existe este subregistro porque “la gente no confía en las instituciones, considera que perderá su tiempo y que no vale la pena porque no habrá recuperación”.
Más policías, pero sin estrategia preventiva
Martens también cuestionó el impacto real del egreso de más de 10.000 nuevos agentes policiales desde 2024. A su criterio, esta medida responde más a una lógica de generación de empleo que a una estrategia de prevención del delito.
“Es un plan sin mucha proyección. Pareciera que el Estado quiere generar empleo a través de la Policía, pero no resulta en una mejor comprensión de la problemática y mucho menos de un abordaje”, dijo.
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Formación limitada
Además, señaló que muchos de estos nuevos agentes cuentan con una formación limitada, ya que completaron su preparación en apenas nueve meses.
“Son personas con escasa formación, que sirven para pararse en las calles para hacer presencia, pero no son cuerpos especializados, no son entrenados para perseguir o investigar, son jóvenes queriendo trabajar y encontrar una oportunidad en el sistema de seguridad”, dijo.
Martens subrayó que la prevención sostenida de estos delitos requiere un enfoque más amplio, centrado en la “inclusión e integración social”.
