A través de un proyecto de ley, aprobado sobre tables, en sesión de la Cámara de Diputados se insta al comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de la Nación, Mario Abdo Benítez, a esclarecer los hechos de tortura ocurridos en la Academia Militar, según constan en las denuncias.
El excadete Rubén Medina fue expulsado de la Academil y, pese a ya no formar parte de la institución, luego de que denunciaron casos de tortura, fue llamado por la Justicia Militar por un supuesto hurto. Sus padres afirman que quieren enviarlo a Viñas Cue, donde su vida corre riesgo. “Ahí lo van a callar, harán pasar como suicidio su muerte”, advirtió la mamá.
El general Alcides Lovera, quien fue nombrado el viernes pasado como nuevo comandante de la Academia Militar tras las múltiples denuncias por supuesta tortura, dijo que recién se está “interiorizando” sobre las acusaciones en el sitio. Además, trató de desmarcar a la institución de las fotos en donde se ve a los presuntos cadetes siendo torturados. El Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNP) hará entrevistas a los cadetes que siguen dentro de la Academil de acuerdo a un cronograma previamente establecido.
La Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Senadores visita la Academil. Dicen ser los principales interesados en esclarecer los hechos, lo antes posible.
La audiencia indagatoria ante la justicia militar de un cadete expulsado de la Academil por supuesto hurto prevista para este lunes fue suspendida a pedido de la abogada del joven, que argumentó que requiere la carpeta de investigación para ejercer la defensa.
Orlando Castillo, comisionado del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura, refirió que tienen sospechas sobre la versión dada por las autoridades de la Academia Militar sobre la supuesta caída del cadete Alcides Ariel Mancuello, quien terminó en terapia intensiva. Cuando fueron a investigar, el ahora excomandante no supo precisar la altura a la que se había producido el accidente y ni siquiera sabían de qué árbol se había caído el joven. La historia tiene cabos sueltos que no convencen a la organización de DD.HH.