Casos como los de Lady Gaga o la youtuber Ter indican que quizás no todo está perdido: detrás del «espectáculo» de Debord y del «simulacro» de Baudrillard todavía existe una realidad en la que conviven la calidad y la chapuza, la fealdad y la belleza, pero sumergirse en la saturación de la imagen y escudarse en la simulación es más fácil que aceptarla, propone el profesor Luis Carmona en este artículo.
A partir del clásico ensayo del pensador judío Walter Benjamin “La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica”, el autor de este artículo aplica la noción de oscilación, en su relación con las mutaciones profundas de la percepción estética implícitas en las nuevas tecnologías de reproducción, al propio pensar que la propone (el de Benjamin) tanto en sus temas cuanto en su estilo, rescatando así la paradoja, más allá de su cualidad literaria, por su valor heurístico.