Muy pocas veces la vorágine informativa y la “dictadura” de la inmediatez nos permiten reflexionar acerca de los desafíos que enfrenta el periodismo paraguayo en esta segunda década del Siglo XXI. A modo de autocrítica tenemos como deuda los espacios permanentes de formación y debate sobre temas actuales como la IA, las fake news, la polarización política y la desinformación. Por otro lado, una gran preocupación es la carencia de mecanismos de protección consolidados ante las amenazas del poder político y el crimen organizado.
De las trece mujeres piloto aviadoras que tiene la Fuerza Aérea Paraguaya actualmente, solo dos están especializadas en aviación de combate. De estas, la teniente primero Cynthia Carolina Orué Santacruz es la primera en completar su entrenamiento de diez meses en la Base Aérea de Natal (BANT), Brasil, como piloto de combate. Un logro profesional alcanzado con creces, pues cada día en ese curso es un desafío de altísima presión que ella supo sortear inclusive con honores. En el marco del Día Internacional de la Mujer, que se recuerda el próximo 8 de marzo, hacemos un recorrido por su experiencia.
El camino más fácil para argumentar la inconveniencia de la adquisición de los aviones Super Tucano es comparar Salud y Educación con Defensa. La falta de medicamentos, el déficit edilicio de las escuelas y la falta de kits escolares son inconcebibles. Pero estas carencias tendrían más bien que ver con la gestión deficitaria de esas carteras más que con los planes de Defensa que tiene mucho menos dinero asignado para el 2024.
La iglesia o capilla de San Miguel en Santa Fe, Nuevo México, es la más antigua en funcionamiento en los Estados Unidos. Este monumento histórico refleja la rica historia religiosa y cultural y encapsula momentos cruciales en la historia de América.
El interés de compra de seis aeronaves nuevas Supertucano y el reacondicionamiento de los seis Tucanos de la Fuerza Aérea Paraguaya generó polémica. En un país donde falta todo pensar en aviones de combate es superfluo. Sin embargo, estas naves, así como los radares, son necesarios y su uso, en algún punto, está relacionado a la salud pública.
A días del inicio oficial de clases, hay preocupantes señales de que el 2024 será otro año difícil para la educación. El anuncio del corte de la merienda escolar, el inminente derrumbe de algunas escuelas y las denuncias de los vergonzosos kits escolares nos pintan un panorama de gris a negro. En este contexto no podemos dejar de preguntarnos ¿qué pasó con los USD 23 millones para los útiles?