29 de diciembre de 2025
En las tradiciones más arraigadas del interior profundo de nuestro país, la Navidad representa un momento en que los niños, principalmente de escasos recursos, reciben regalos de parte de comisiones vecinales, eclesiales o políticas de la zona. Las lluvias de la semana no dieron tregua y los precarios caminos del departamento volvieron a mostrar los años de desidia. Papá Noel abandonó los trineos estancados en barro para dar uso a sus botas y llegar hasta los puntos más recónditos en tractor.



Con la creciente congestión en aeropuertos y la fragilidad de los obsequios navideños, cada año se registran miles de reclamos por daños en el equipaje. Una planificación meticulosa y técnicas de empaque adecuadas son esenciales para proteger recuerdos valiosos.


En esta época en la que el espíritu festivo inunda los rincones de la casa y también los sentimientos, una de las manifestaciones más características es aguardar el regalo de la Navidad. La emoción de esperar bajo el árbol el obsequio con nuestros nombres perdura a través del tiempo, por más de que hace rato dejamos de ser niños. ¿Pero de dónde viene esta costumbre? Puede sorprendernos que no tenga tanto que ver con cosas netamente comerciales y que sus raíces sean mucho más profundas y arraigadas en la historia y en la diversidad cultural.

La Navidad es sin duda una de las épocas más mágicas del año, especialmente para los más pequeños. Sin embargo, puede ser fácil dejarse llevar por la emoción y terminar con montones de regalos que, a menudo, abruman a los niños y al bolsillo familiar. ¿Qué es la regla de los cuatro regalos?