En tanto que otro estudio, centrado en la experiencia europea, confirma que los gobiernos que respetan las reglas fiscales tienden a facilitar más inversión. El cumplimiento se traduce en una mayor credibilidad fiscal, reducción en los costos de financiamiento y procesos de ajuste más suaves. Todo esto se convierte en un entorno más favorable tanto para el gasto público como para la atracción de capital privado.
Esta conclusión también se verifica en mercados emergentes. Al respecto, investigaciones realizadas en 2023 revelan que el cumplimiento fiscal está asociado a una menor exposición al riesgo de deuda y a una mayor estabilidad crediticia. Por el contrario, ignorar las reglas fiscales incrementa los costos de endeudamiento y compromete la capacidad de financiar proyectos de inversión, especialmente en contextos de crisis.
Más allá de la existencia de reglas fiscales, el factor determinante es el grado de cumplimiento. Aquellos países que tienen marcos fiscales, pero muestran una baja adhesión a ellos enfrentan riesgos similares a los de naciones sin ninguna regla vigente. En este sentido, el cumplimiento no solo mejora la sostenibilidad fiscal, sino que también amplía el margen de acción para desarrollar políticas de inversión de manera más efectiva, remarca el estudio del BID.
En América Latina, esta relación también se hace evidente. De acuerdo con el mismo organismo internacional, durante las últimas dos décadas los países que mantuvieron un nivel de cumplimiento fiscal superior al promedio (68%) destinaron en promedio 3,4% del Producto Interno Bruto (PIB) a inversión en infraestructura pública. En contraste, aquellos con menor cumplimiento asignaron apenas 2,7% del PIB, lo que representa una brecha de 0,7 puntos porcentuales.
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Además, y tal como se observa en el gráfico, en los años posteriores al cumplimiento de una regla fiscal, el gasto de capital aumenta de forma acumulativa. El mayor impacto se observa al segundo año, con un incremento promedio de 0,28 puntos porcentuales del PIB. Aunque el efecto se modera en los años siguientes, se mantiene en terreno positivo, lo que sugiere que la disciplina fiscal crea un entorno más favorable para sostener la inversión.

Importantes desafíos
En el contexto mencionado, América Latina y el Caribe deberían reconsiderar el rol de las reglas fiscales. Más que un freno, pueden convertirse en una herramienta estratégica para asegurar la estabilidad macroeconómica y sostener un nivel adecuado de inversión pública. Esto cobra especial relevancia en un momento en que varios países de la región buscan consolidar sus finanzas públicas, reducir los niveles de deuda y responder a crecientes demandas sociales vinculadas al desarrollo.
En términos económicos, el cumplimiento de reglas fiscales fortalece la credibilidad del gobierno, reduce los costos de endeudamiento y permite planificar con mayor previsibilidad. En lugar de limitar el gasto en infraestructura, las reglas fiscales bien diseñadas pueden ser un ancla para mejorar su eficiencia y sostenibilidad.
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Determinante
“Más allá de la existencia de reglas fiscales, el factor determinante es el grado de cumplimiento”
Sostenimiento
“Si bien las reglas fiscales no fijan directamente los niveles de inversión, sí contribuyen a crear el espacio fiscal necesario para sostenerlos o expandirlos”
* Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones.