¿La macro por fin está alcanzando a la micro?

Hace unos días, el gobierno anunció la reducción del índice de pobreza a un nivel histórico de 22,7% en 2023, mientras que el tamaño de la economía terminó expandiéndose a ritmo de 4,7%, levemente superior a lo inicialmente estimado. En la consultora Mentu nos preguntamos si estos números reflejan el tan mentado “efecto derrame” desde las cifras macro hacia la vida cotidiana de las personas, o si se trata de una simple coincidencia estadística.

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GENTILEZA

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En Paraguay, se calcula que 1.330.892 personas viven en la pobreza, según las cifras actualizadas al 2023 del Instituto Nacional de Estadística (INE). Esto significa que el 22,7% de la población local vive con menos de G. 853.778 al mes, una incidencia que retrocedió en 2,8 puntos porcentuales desde el año anterior.

Por su parte, el tamaño de la economía paraguaya sumó G. 315,7 billones al cierre del año pasado (en valores corrientes), 7,7% superior al monto registrado en el 2022, de acuerdo con recientes publicaciones del Banco Central del Paraguay (BCP).

En términos constantes, el crecimiento interanual del producto interno bruto (PIB) en el 2023 fue de 4,7%. En ambos casos, las variaciones superan a la proyección de 4,5% que contemplaba el BCP para el cierre del ejercicio anual.

Al observar el promedio de ingresos de la población ocupada del país, la Encuesta Permanente de Hogares Continua (EPHC) del INE muestra que hubo un aumento de 8,6% en el cuarto trimestre del 2023 respecto al mismo periodo del año anterior, al sumar G. 2,9 millones. Estos resultados deberían hacernos pensar en que se está materializando el tan anhelado “efecto derrame” de la macroeconomía hacia la microeconomía, es decir, que los niveles de producción del país están generando mayores ingresos para toda la población. Pero, ¿qué está pasando al interior de los sectores?

Importante recuperación del agro

Siempre en valores corrientes, o considerando los precios actuales, el PIB agrícola aceleró su crecimiento a 13,1% en el 2023, tras la variación de apenas 2,8% que anotó en el 2022 respecto al 2021.

Recordemos que, en términos constantes, o tomando como base los precios del 2014, este sector reportó una recuperación de 23,3% el año pasado, tras las caídas consecutivas de 12,5% y 18,2% de 2022 y 2021, respectivamente.

Ganadería

En la ganadería, el crecimiento del PIB en términos corrientes fue de 6,4% en el 2023, superior a la expansión de 4,1% registrada en valores constantes que siguió a la caída de 0,5% del 2022.

Los ingresos de la población ocupada en el sector primario (agricultura, ganadería, caza y pesca), por su parte, cerraron el 2023 con un promedio de G. 3.163.700 en el cuarto trimestre, lo que marca un aumento de 28,4% desde el cierre del año anterior.

Contención de ingresos en la construcción

En el sector secundario, el crecimiento del PIB fue de 3,2% en valores corrientes, en el 2023, mientras que los ingresos de la población ocupada en este segmento también se expandieron en 3%.

En cuanto a los componentes de este sector económico, se destaca la contención en el nivel de ingresos que se efectuó en las construcciones.

El PIB de esta actividad cayó 4,6% (siempre en valores corrientes) el año pasado, mientras que los ingresos se redujeron solo en 0,5% al cierre del cuarto trimestre.

La construcción arrastró dos años de disminuciones consecutivas en su PIB, de 7,5% y 3,2% en 2023 y 2022, respectivamente, al considerar los valores constantes, según los registros del BCP.

La industria manufacturera, sin embargo, tuvo un desenvolvimiento diferente en la relación entre el valor de la producción y los ingresos de los trabajadores. El primero aumentó en 8,2% -en términos corrientes para el cálculo del PIB-, en el 2023, y el promedio de ingresos de su población ocupada avanzó solo 6,2%.

Similar situación se da en el sector servicios, donde el PIB creció 10% en valores corrientes durante el 2023, mientras que los ingresos aumentaron en 6,7% al cierre del cuarto trimestre.

Impacto en la pobreza

Tras haber notado que la evolución de la producción de los distintos sectores económicos se trasladó, en mayor o menor medida, al nivel de ingresos de la población, se destaca el efecto que tuvo la remuneración del trabajo principalmente en los segmentos de población afectados por la pobreza.

En el área urbana, el INE detectó un incremento de 10,8% en el ingreso laboral per cápita del decil afectado a pobreza total, en el 2023 respecto al 2022, mientras que los recursos provenientes de programas sociales del gobierno, remesas familiares y jubilación -ingresos no laborales- subieron solo en 4,6%.

En el área rural, la población afectada a pobreza total también tuvo mayor incremento de ingresos laborales que de entradas no laborales, ya que en el primer caso se registraron variaciones superiores al 20%, mientras que en el segundo se dieron incrementos mayores a 10%.

Para que el crecimiento económico del país se siga traduciendo en mayores ingresos para la población y, por ende, se sienta efectivamente en la calidad de vida de las personas, es importante avanzar en la reducción de los niveles de desigualdad.

El informe de Pobreza Monetaria y Distribución de Ingresos del Instituto Nacional de Estadística (INE) también revela que, al 2023, la mitad de los ingresos del país corresponde al 20% más rico, mientras que el 20% más pobre tiene apenas el 4,9% del total. Con estos números es difícil generar igualdad de oportunidades para forjarse un futuro mejor.

Avanzar

Para que la expansión se traduzca en más ingresos para la población y una efectiva calidad de vida es clave avanzar en la reducción de la desigualdad.

(*) Analista en consultora Mentu.

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