Precariedad en la educación de San Pedro: sin aulas, muebles, ni condiciones mínimas

SAN PEDRO. La educación pública enfrenta serias carencias estructurales en este departamento, entre ellas la falta de aulas, muebles y condiciones básicas de infraestructura, especialmente en las zonas rurales. Las respuestas del Estado son escasas y muchas veces las mejoras llegan solo tras movilizaciones de las comunidades educativas.

as fallas del Estado en dotar de infraestructura básica a las escuelas rurales. En muchos casos, los niños almuerzan en sus aulas o incluso bajo árboles, porque no existen comedores adecuados.
Las fallas del Estado en dotar de infraestructura básica a las escuelas rurales. En muchos casos, los niños almuerzan en sus aulas o incluso bajo árboles, porque no existen comedores adecuados.Omar Acosta, Abc Color

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En numerosas instituciones, el programa “Hambre Cero” que ofrece desayuno, almuerzo y merienda a estudiantes de todo el país funciona en condiciones precarias, con cocinas improvisadas en aulas sacrificadas o en estructuras construidas por las comunidades mediante trabajo solidario y colectas locales.

Uno de los ejemplos es el de la Escuela Nuestra Señora de Guadalupe y el Colegio Nacional de Potrero Naranjo, ubicados en una zona rural del distrito de San Pedro de Ycuamandyyú. Ambas instituciones comparten un mismo predio y la misma situación crítica: falta de aulas y mobiliario, a pesar de constantes pedidos y movilizaciones del año pasado que no obtuvieron respuestas de las autoridades.

Los estudiantes de la escuela asisten a clases en un pabellón con riesgo de derrumbe, construido gracias a aportes de ganaderos de la zona. Para colmo una obra iniciada por la Municipalidad —una nueva aula— fue abandonada sin ser terminada, a pesar de haber sido pagada en su totalidad, hecho vinculado a la gestión del exintendente colorado-cartista Gustavo Rodríguez, quien renunció antes de ser destituido por casos de corrupción. Hasta hoy, la comunidad paga las consecuencias y la justicia sigue en deuda.

En el Colegio Nacional Potrero Naranjo, la situación no es diferente. Las aulas presentan grietas y techos sostenidos con improvisaciones hechas por padres y docentes. En días de lluvias o vientos fuertes, las clases se suspenden por el peligro inminente de derrumbe.

Otro problema generalizado es la falta de mobiliario escolar. Los cuestionados pupitres “chinos”, adquiridos por Itaipú Binacional y distribuidos bajo las especificaciones del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), llegan a cuentagotas y solo a algunas localidades como Santa Rosa del Aguaray, Capiibary e Yrybucuá. La compra fue duramente criticada por su alto costo y por excluir a la industria nacional.

Ante la falta de mueble, los padres improvisan, no es lo recomendable pedagógicamente, pero no existe alternativa
Ante la falta de mueble, los padres improvisan; no es lo recomendable pedagógicamente, pero no existe alternativa.

En este contexto, el programa “Hambre Cero” se sostiene gracias al esfuerzo comunitario, pero también evidencia las fallas del Estado en dotar de infraestructura básica a las escuelas rurales. En muchos casos, los niños almuerzan en sus aulas o incluso bajo árboles, porque no existen comedores adecuados.

La realidad educativa en San Pedro está muy lejos del discurso oficial sobre calidad. La falta de aulas, mobiliario, conectividad y mantenimiento, junto con la injerencia política, profundizan la desigualdad y postergan a miles de niños y jóvenes del interior del país.

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