Línea 1, camino olvidado por las autoridades en el Alto Paraguay

Un promedio de 120 kilómetros del citado camino, que parte desde la pujante zona de Agua Dulce, está a cargo de la asociación Aras Chaco y es transitable todo el año, ya que los trabajos de reparación se realizan de forma permanente, asegurando así el paso de los vehículos, sobre todo los camiones de gran porte que transportan ganado de los numerosos establecimientos existentes en la zona.

Sin embargo, los 50 kilómetros restantes para llegar al casco urbano de Bahía Negra, la mayor parte del año, son intransitables debido al pésimo estado en que se encuentran. Por lo general, sólo se puede circular por dicho lugar en temporadas de sequía, ya que en épocas de lluvias sólo los tractores circulan por dicho tramo y, en algunas ocasiones, inclusive hasta estas máquinas quedan atrapadas en los enormes pozos existentes.

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La Asociación de Caminos del Alto Paraguay, institución que mantiene un convenio con el Ministerio de Obras Públicas y la Gobernación de este departamento para la reparación de los caminos de tierra, a través del cobro de peaje, alega que el mantenimiento del camino de la Línea 1 no está dentro del mencionado acuerdo institucional, razón por la cual se desentiende de su reparación y solo en situaciones extremas y en escasas ocasiones proceden a realizar algún tipo de trabajo en dicho tramo.

En este panorama de total abandono, quienes sufren son los trabajadores de las estancias de los alrededores, ya que representa toda una odisea el pretender llegar hasta la población de Bahía Negra en busca de provisiones o medicamentos. La situación se complica más aún cuando se pretende evacuar a algún enfermo de gravedad hasta el hospital.

Es precisamente lo que le sucedió a don Antonio Piovezane, productor de la zona, cuando la semana pasada pretendió llevar a un trabajador hasta el puesto de salud. El ganadero tiene su estancia a solo 30 kilómetros del casco urbano y el mal estado del camino le impidió llegar en su camioneta a la población de Bahía Negra, lo que le causó rabia e impotencia.

El productor dijo que el trabajador había sufrido un accidente laboral al caer de un caballo. La situación era preocupante, por la gravedad de lo acontecido. “Inmediatamente alzamos al accidentado en el vehículo, pero apenas pudimos completar unos pocos kilómetros y ya no pudimos avanzar, debido a las enormes huellas de tractor que existen en el camino”, relató.

“Por suerte, y a sabiendas de que esto podría acontecer, llevamos en el vehículo una motocicleta, en la cual transbordamos al accidentado, a pesar del riesgo que esto representaba, ya que el viaje sería más difícil y podría apeligrar la propia vida del peón de estancia”, continuó.

Finalmente, con la audacia del conductor de la motocicleta, que logró sortear los enormes pozos al tiempo de evitar que su pasajero accidentado caiga en una de estas verdaderas trampas, se pudo llegar al hospital, donde recibió las atenciones médicas necesarias.

El ganadero se quejó de esta penosa realidad. “No podemos seguir viviendo de esta forma en pleno siglo 21. Somos totalmente olvidados por nuestras autoridades, locales y departamentales, a pesar de que como productores cumplimos con el pago de nuestros impuestos”, lamentó don Antonio.

Aislamiento

De hecho, el distrito de Bahía Negra es una de las zonas cuyos pobladores, casi de forma permanente, quedan aislados a consecuencia de los precarios caminos de tierra y, sobre todo, por los trabajos chapuceros que se suelen hacer a la hora de reparar estos tramos.

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El camino Línea 2 se encuentra en mejores condiciones que el otro camino, o sea la Línea 1, pero aun así, con cada lluvia que se produce, varios tramos suele quedar estropeados, lo que ocasiona días de aislamiento.

La Asociación de Caminos del Alto Paraguay se encarga de reparar el camino de la Línea 2; sin embargo, estos trabajos suelen ser bastante precarios, situación que de forma permanente es criticada por los moradores del distrito, atendiendo el alto monto que se paga en el puesto de peaje, de entre G. 50.000 y hasta G. 100.000, dependiendo del tipo de vehículo que se tenga.