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En el año 1907 se instaló en este sitio una empresa taninera, con la cual se dio nacimiento a la comunidad. Con la floreciente actividad laboral, la población llegó a tener más de 5.000 habitantes, por supuesto la mayoría de estas personas trabajaba en la mencionada fábrica.
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La nueva población contaba con una línea ferroviaria de más de 80 kilómetros hacia el interior del Chaco. Esto ayudaba a transportar los enormes troncos de quebrachos, desde lugares específicos hasta donde llegaban los carros alza prima, que podían desplazarse en medio de los espesos montes, donde cientos de personas se encargaban de tumbar este tipo de árboles.
Dentro de la población asentada a orillas del río existían modernas casas pertenecientes a los empleados. Además se contaba con locales escolares, un hospital y sede de Comisaría; la energía eléctrica proveída por medio de motores generadores funcionaban las 24 horas del día, lo que demostraba un permanente progreso en la comunidad.
Pueblo fantasma
Alrededor del año 1950 se produce el quiebre de varias empresas tanineras que funcionaban en el Alto Paraguay entre ellas la de Puerto Guaraní, situación que produce una migración masiva de las familias, que huían en busca de trabajo hacia otras regiones del país.
Puerto Guaraní, al igual que otras localidades del departamento afectadas por el cierre de la fábrica, quedó reducido a un pueblo fantasma, y las pocas familias que se quedaron, eran porque no tenían donde ir, por lo que consiguieron obtener unos pocos animales vacunos de parte de la empresa en calidad de indemnización, y continuaron en sus respectivos lugares.
Por supuesto que la situación social dentro de la población tuvo un giro total, pues lo que antes era sinónimo de progreso, ahora se convertía en todo lo contrario, con numerosas necesidades; las familias tenían que afrontar las carencias económicas, sin contar con ayuda alguna.
Por varios años estuvieron abandonados de parte de sus autoridades, y solo con la tenacidad y el esfuerzo y sacrificio de estas personas, lograron sacar adelante a la pequeña comunidad, para después recibir algún tipo de asistencia de parte del Gobierno central.
Nueva migración
Desde hace unos años se está notando una migración de familias enteras de esta población, en busca de mejores oportunidades, atendiendo que no existen fuentes de trabajo. La pequeña producción ganadera que estaban realizando por varios años, ya no logró abastecer las necesidades de demanda de las personas.
En el 2019 la población de la comunidad estaba compuesta por unas 180 familias, actualmente dicho número se redujo a solo 120 familias, por lo que la cantidad de habitantes apenas llega a los 700 habitantes.
Atraídos por la oportunidad laboral, varias de estas familias, se están asentando en la zona de Carmelo Peralta, comunidad donde se está construyendo el puente internacional, y que además ya cuenta con camino de todo tiempo a través de la ruta bioceánica. Otro grupo de personas migró hacia el primer departamento.
Las personas que aún continúan dentro en Puerto Guaraní siguen con la ganadería en pequeña escala, con lote de animales que no superan los 30 vacunos en su gran mayoría, de forma permanente reciben asistencia de las autoridades sobre todo en el acarreo de agua, en esta temporada de sequía, debido a que no tienen la suficiencia económica para construir nuevos tajamares que puedan acumular mucha agua en los días de lluvias.
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Desfile
En medio de esta triste realidad, aún así los pobladores pudieron participar del tradicional desfile estudiantil y cívico, que se realizó en la mañana del miércoles en homenaje a los 117 años de existencia de la comunidad, oportunidad en que también fueron homenajeados los docentes Carlos Garcete y Francisco Castillo, por acogerse a los beneficios de la jubilación.
Entre las autoridades presentes en el acto, se puede mencionar al intendente de Fuerte Olimpo, Moisés Recalde, además algunos concejales municipales y departamentales, sin pasar desapercibido la escasa concurrencia de público en relación a años anteriores, debido precisamente a la migración de las personas.