Los robos nos hicieron ser mendicantes

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Si no quieren un país mendicante, no voten a los ladrones de siempre. Simple. Pensemos en Itaipú, por ejemplo. Pese a lo que nos escamotearon por funestas negociaciones, si hubiéramos aprovechado óptimamente los ingresos por la hidroeléctrica, no habríamos sido hoy una republiqueta a la pesca de donaciones.

La usina binacional le posibilitó al Paraguay unos recursos como nunca soñó tener en su historia. Lastimosamente, la mayor parte de dichos inmensos recursos se desperdició de la manera más perversa.

Gobiernos corruptos, autoridades departamentales y distritales voraces y sin patriotismo ni moralidad, políticos si escrúpulo alguno impidieron que Itaipú promoviera una educación de excelencia y planes de una salud pública digna para la ciudadanía.

Para los gobiernos brasileños Itaipú fue siempre un factor de desarrollo. Para los gobiernos paraguayos, solo una caja para el enriquecimiento particular. Salvo planes puntuales. La repartija de royalties y fondos del Fonacide a departamentos y municipalidades derivó en inauditos robos protegidos por parlamentarios de diferentes colores partidarios. La creación de nuevos distritos sin cumplir con mínimas exigencias fue un modo de robar plata: cada distrito nacía con sus royalties y su dinero del Fonacide bajo el brazo. Eran nuevos refugios de parásitos partidarios.

En cumplimiento del Anexo C, en el 2021 Itaipú Binacional transfirió al Estado paraguayo 444,7 millones de dólares entre remesas por cesión de energía, por royalties y pagos a la ANDE. En el 2020, los aportes habían sido de 487,2 millones. En el 2019, de unos 501,8 millones. En el 2022, hasta noviembre, el Paraguay recibió de Itaipú 387 millones.

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Según datos de la Binacional, de 1989 al 31 de octubre del 2022, Itaipú transfirió a Hacienda, por royalties (sin contar otros ítems), US$ 6.378.903.760, es decir unos 193.300.000 dólares anuales promedio.

Son ingresos genuinos inmensos que si hubiesen sido dirigidos a proyectos en beneficio de la comunidad, habrían posibilitado que tuviéramos un país que respondiera a requerimientos ciudadanos impostergables: educación, salud, infraestructura, transporte, seguridad.

Conste que según cálculos de Miguel Carter, por haber malvendido su energía el Paraguay dejó de percibir unos 77 mil millones de dólares.

El problema es que con los políticos que tenemos, aun recibiendo lo que en justicia nos correspondiera por la venta de la energía de Itaipú, los buitres correlí hubiesen estado prestos ahí para tragarse todos esos recursos.

En el 2023 debemos negociar el Anexo C del Tratado. No siento que ningún candidato presidencial esté preparando una estrategia para sacarles un provecho general (no particular) a tales negociaciones. Y no sé si los parlamentarios pos 2023 ni los políticos estarán dispuestos a darse un baño de honestidad para hacer de Itaipú una fuente de desarrollo nacional y no ya la caja para mantener a sanguijuelas de la política.

Si no quieren un Paraguay mendicante ni “autoridades” que usurpen el erario para engordar su codicia, eviten votar por quienes, por ejemplo, saquean fondos de la energía, dejan sin comida a chicos y nos condenan a la limosna internacional.

pgomez@abc.com.py