Político con apoyo de un criminal terminará siendo criminal, dice arzobispo

“Hombres rectos, plenos y santos en la política”, pidió el arzobispo de Asunción, Mons. Edmundo Valenzuela, con motivo de las elecciones municipales. Pidió rechazar la “narcopolítica y el contrabando” y recordó que el político con “apoyo de un criminal terminará siendo criminal”.

El arzobispo de Asunción, monseñor Edmundo Valenzuela, en un momento de la misa que se ofició en memoria de las víctimas del covid.
El arzobispo de Asunción, monseñor Edmundo Valenzuela, en un momento de la misa que ofició en la Catedral Metropolitana.Archivo, ABC Color

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El mensaje de la máxima autoridad de la Iglesia en Paraguay es un llamado a los católicos a hacer política, a participar de la jornada electoral y, al mismo tiempo, aborda realidades que califica de “flagelos sociales”.

En ese sentido, señala que la ausencia de sabiduría es preocupante por el crecimiento y enraizamiento de dos flagelos: la narcopolítica y el contrabando. “No podemos aceptar estos males como ‘normales’ en Paraguay, convivir con ellos de manera resignada. La política financiada con la comercialización de sustancias que envenenan y matan diariamente a seres humanos, entre ellos miles de jóvenes, está manchada de sangre y tiene sus consecuencias reales. El político que tiene el apoyo financiero de un criminal o del crimen organizado o que apaña estas prácticas por conveniencia terminará siendo un criminal de guantes blancos”, afirma su mensaje.

Contrabando

En ese mismo contexto ubica al contrabando, al que califica de una actividad ilegal que destruye fuentes de empleo legales y frena un desarrollo real del país. “No podemos como cristianos callar ante estos flagelos”, resaltó.

Mal manejo de la cosa pública

Valenzuela criticó el mal manejo de la cosa pública en la pandemia que azota al país y sus consecuencias, como el enriquecimiento indebido de narcotraficantes y de contrabandistas y el continuo empobrecimiento de la población, más aún con el costo de vida que golpea a las familias pobres, la suba de los productos alimenticios, la canasta familiar por las nubes y el costo de la carne elevada en un país productor de buena carne. “Pareciera que nuestro pueblo está aletargado, no sabe reaccionar positivamente ante estos flagelos, las masacres y la inseguridad y el aumento creciente del costo de vida”, indicó.

Se pronunció igualmente a favor de soluciones al problema de tierra, que -a su criterio- requiere de una voluntad política honesta y valiente para su solución. “Urge un trabajo conjunto entre todos los sectores para concretar un catastro actualizado, serio y transparente. Un catastro que permita conocer las propiedades, sus dueños y sus extensiones reales”, resaltó.

Pidió trabajar seriamente para combatir la doble titulación de las tierras, recuperar las tierras malhabidas, ayudar a los sintierras, regular la venta de tierras a extranjeros, al tiempo de acompañar adecuadamente a los campesinos paraguayos para que no terminen mal vendiendo o alquilando sus tierras y migrando hacia las ciudades.

Valenzuela indicó que estos problemas sociales terminan siendo “caldo de cultivo” para los conflictos sociales en nuestro país y para la instalación de ideologías extremas que buscan sacar provecho de ellos en vez de solucionarlos.

“La paz debe tener como fundamento la justicia social”

Invitó a trabajar para evitar los enfrentamientos y la polarización de posturas. “La violencia solo genera más violencia, y la paz que necesitamos debe tener como fundamento la justicia social, esa que no se impone con la violencia, de ningún tipo, sino con el respeto a las leyes y la dignidad humana, el diálogo y el trabajo conjunto entre todos los involucrados”, puntualizó.

Instó a los católicos a hacer política; esa política verdadera, esa política que prioriza la dignidad de la persona humana. “Necesitamos hombres rectos, plenos y santos en la política. Hombres y mujeres que miren a la persona no como un número más o un voto para mi candidato, sino como lo que es: una persona creada por Dios, con una dignidad única e indestructible, que merece respeto, atención y plena libertad”, dijo finalmente.

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