FNC celebra mensaje durante homilía de la misa central de Caacupé

El dirigente de la Federación Nacional Campesina (FNC), Arnaldo Ayala.
El dirigente de la Federación Nacional Campesina (FNC), Arnaldo Ayala.Raúl Martínez

Arnaldo Ayala, miembro del comité ejecutivo de la Federación Nacional Campesina (FNC), habló sobre el mensaje de la homilía central de la misa por el día de la Virgen de Caacupé, donde el obispo Ricardo Valenzuela criticó la corrupción y el acaparamiento de bienes.

El obispo de Caacupé, Ricardo Valenzuela, realizó una fuerte crítica a la clase política, sobre todo a la corrupción y al acaparamiento de bienes, que deja a una gran parte de la gente en la pobreza.

También insistió a las autoridades en que sus decisiones se deben basar en el bien común y que “una persona corrupta destruye a la sociedad”.

Arnaldo Ayala, de la FNC, dijo que el mensaje de Valenzuela representa el sentimiento del pueblo y principalmente del pueblo pobre, abandonado en su derecho.

Señaló que existe una brecha muy grande entre las autoridades nacionales y el pueblo, como dijo monseñor Valenzuela en su mensaje de la homilía central.

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Acceso a tierras

El dirigente campesino criticó que la justicia en nuestro país se utiliza “como garrote” para perseguir al pueblo, a los pobres, mientras que da protección a un pequeño grupo de privilegiados.

Recordó que la tierra es un recurso valioso en nuestro país para producir alimentos para la sociedad, para abastecer a nuestro pueblo, pero lamentablemente la misma está en manos de unos pocos.

Criticó que en vez de dignificar y reconocer el trabajo de campesinos e indígenas, quienes pueden aportar para el desarrollo de nuestro país, la tierra se concentra en las manos de unos pocos, negándole el acceso al pueblo trabajador. Además, estos solo acceden a changas (trabajos temporales) que paga por día, obligándoles a vivir en el día a día, sin posibilidad de poder desarrollarse.

Agregó que quienes reclaman este derecho son perseguidos con el sistema judicial, con cárcel y criminalizan la lucha por el derecho a la tierra.

También criticó que el sistema de salud está precarizado, ya que el Gobierno deja los puestos de salud de las comunidades sin presupuesto, sin médicos, sin personal, sin medicamentos e infraestructura.

La corrupción mata toda esperanza, al ver que, por ejemplo, el Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert) cuenta con alrededor de 12 millones de hectáreas para distribuir para fines de la reforma agraria; sin embargo, aproximadamente 8 millones de hectáreas las distribuyeron entre amigos de las autoridades y privilegiados, dejando sin nada al pueblo, lamentó.