REDACCIÓN CIENCIA. Al final del día suele mantenerse una actitud más sedentaria, sin embargo, hacer pequeñas pausas de actividad ligera con ejercicios de resistencia puede alargar la duración del sueño hasta en casi 30 minutos.
El sueño, ese estado de reposo en el que pasamos aproximadamente un tercio de nuestra vida, es una de las columnas fundamentales para mantener una buena salud física, mental y emocional. A pesar de su importancia, el mundo acelerado de hoy a menudo relega la calidad y cantidad del sueño a un segundo plano, subestimando el impacto que puede tener en nuestro bienestar.
El sueño juega un papel crucial en nuestra salud. Sin embargo, factores como la calidad y duración insuficientes del descanso nocturno pueden tener un impacto negativo en nuestra vida cotidiana, así como traer consecuencias serias a largo plazo. Expertos de instituciones prestigiosas como Harvard, la Universidad de Columbia, la Universidad de Miami y la Universidad de Massachusetts, en conversaciones con Jacqueline Howard, periodista de salud de CNN, han enfatizado los diversos riesgos para la salud asociados con la falta de sueño. Entre estos se incluyen enfermedades cardiovasculares, diabetes, problemas de salud mental y cognitivos, entre otros.
REDACCIÓN CIENCIA. Dormir es básico para los seres vivos. La falta de descanso puede provocar graves problemas de salud, locura transitoria e incluso la muerte. De hecho, la privación de sueño se ha llegado a utilizar como método de tortura. Pero ¿hay excepciones?.
Los investigadores han descubierto que cuanto más tiempo pasan los renos rumiando, menos tiempo pasan en sueño sin movimientos oculares rápidos (no-REM), según publican en la revista ‘Current Biology’.
Hay personas a las que levantarse y acostarse pronto no les cuesta trabajo, se les llama ‘madrugadores’ y, según un estudio de la Universidad de California, la razón de que sean así podría estar en sus genes, en la herencia neandertal.