Cargando...
En la recta final del año, las fábricas aceiteras en Argentina siguen alcanzando nuevos récords: en el acumulado de abril hasta noviembre, ya se llevarían embarcadas 4,4 millones de toneladas de aceite de soja, cifras que se posicionan en el “top 3″ de las mejores campañas exportadoras para el producto industrializado argentino, de acuerdo con la Bolsa de Comercio de Rosario.
Destaca que, durante el mes de octubre de este año, la molienda de soja alcanzó las 4 millones de toneladas. No se conoce otro décimo mes en la historia argentina donde se haya procesado un volumen semejante, siendo un valor máximo para el mes, añade. En ese sentido, se incrementó en 58% el nivel de molienda que se tuvo a octubre del año pasado.
Los datos de la Bolsa de Comercio de Rosario señalan que las importaciones de soja siguen siendo preponderantes para la molienda argentina. En octubre, el vecino país importó 740.025 toneladas de soja, con un incremento del 60% frente al mismo periodo del año pasado.
Lea más: Aceiteras atraviesan situación crítica, pese al crecimiento en la producción de granos
El sostén de la soja paraguaya
Según destaca la citada plataforma de comercio, las toneladas importadas de soja provienen principalmente desde Paraguay (89%), donde resalta que nuestra producción ha sido récord.
“Es normal que la soja paraguaya llegue a las industrias locales para ser mezclada con la mercadería local, con el objetivo de lograr un mayor nivel de contenido proteico sobre la producción de derivados, para mantener la competitividad a nivel internacional”, enfatiza.

El escenario local
En Paraguay, la situación es exactamente opuesta. La Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro) viene advirtiendo que la industria de la molienda de soja afronta una situación crítica a causa del deterioro de sus condiciones de competitividad.
La profundización de la crisis de la industria aceitera nacional se evidencia en el ritmo de procesamiento de oleaginosas de octubre último, que alcanzó la cifra de 130.837 toneladas, la más baja de la que se tiene registro para el mes en un año sin sequía, menciona el gremio en su último reporte. Según las proyecciones del sector, la molienda cerraría el año con una caída de más del 10% con relación al 2023, hecho que implica una ociosidad cercana al 40% de su capacidad instalada.
Lea más: Mientras el Paraguay bate récord en exportar, Argentina lo hace en procesar soja
Las industrias aceiteras ya pusieron de manifiesto que los constantes cambios de las reglas de juego y los castigos fiscales impidieron su consolidación, restándole posibilidades de mejorar su competitividad en relación de las plantas localizadas en otros países. “Es la única industria que no recupera sus créditos fiscales de IVA al exportar productos con valor agregado”, lamentaron en su último reporte.
Para mejorar esta situación, Cappro solicita implementar políticas que equilibren la competencia de las industrias locales con las fábricas del extranjero, comenzando con un tratamiento fiscal equitativo para ir luego a otras medidas que devuelvan competitividad al sector.