Un año de récords para el río: los niveles más bajos en 118 años

Los ríos Paraguay y Paraná dan de qué hablar cada año, debido a las crecidas y sequías que los caracterizan. Sin embargo, este 2021 se registraron niveles nunca antes vistos, incluso en los registros de los últimos 118 años. Mientras tanto, otro de los cauces hídricos más importantes, el lago Ypacaraí, demostró una pequeña mejoría, aunque lo más importante sigue sin ser resuelto: la gran cantidad de cloacas que desembocan en él.

La bajante del río este año sacó a flote numerosas rocas que anteriormente estaban ubicadas a metros bajo el agua.
La bajante del río este año sacó a flote numerosas rocas que anteriormente estaban ubicadas a metros bajo el agua.

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El comportamiento del río Paraguay este 2021 fue, por segundo año consecutivo, totalmente atípico. Solo entre la quincena de enero y finales de marzo los niveles estuvieron por encima de un metro en Asunción, mientras que en el resto el año el cauce estuvo incluso por debajo de la regla de medida.

Incluso este 6 de octubre se registró el nivel mínimo histórico en Asunción, con -0.75 m, algo no antes visto en los 118 años de registros por parte de la Dirección Nacional de Meteorología, según confirmó el gerente de Hidrología, Max Pasten. “El comportamiento en los últimos dos años fue completamente atípico”, resaltó.

Mientras que el río Paraná estuvo un poco “más controlado” debido a las hidroeléctricas. No obstante, la cuenca también tuvo un déficit importante debido a la escasez de lluvias.

Dos años de sequía y problemas para la navegación

Pasten resaltó que se llegó a declarar alerta porque los niveles registrados en algunos puertos fueron los más bajos de los últimos 70 años de los cuales se tienen registros.

Además, en Ciudad del Este se registro un mínimo de 2.71 metros el 6 de julio, una altura no vista en los últimos 30 años. El hidrólogo resaltó que ambas estaciones son relativamente nuevas, por ello no se tienen registros anteriores.

Pasten explicó que las causas de la escasez de lluvia y la histórica bajante son variadas, pero ya son dos años consecutivos de sequías muy marcadas. Consideró que uno de los motivos sería la crisis climática pero eso solo podrá ser analizado en los próximos años.

Toda esta situación ocasionó muchos problemas para la navegabilidad en algunos puntos de Paraguay y Brasil, puesto que las barcazas debían dividir sus cargas para pasar los puntos más rocosos y ello implicó un sobrecosto. En consecuencia, muchos sectores económicos, como el sojero y el de otros granos, sufrieron grandes pérdidas económicas.

Lago Ypacaraí: ¿se está recuperando?

En octubre de este 2021 los diarios resaltaron como positivo que luego de dos años el Lago Ypacaraí se mostraba con aguas cristalinas. Recientemente se celebró incluso la nula o baja presencia de cianobacterias y hasta se hablaba de que se podría gestionar la habilitación para uso recreativo de algunas playas.

Pero, la pregunta real es ¿el lago sigue contaminado o no? La verdad es que el nivel de contaminación sigue siendo alto y hay pocas esperanzas de que el “lago azul”, vuelva a estar tan saneado como décadas pasadas.

Es importante comentar que las geobolsas instaladas por la Comisión para la preservación, recomposición y aprovechamiento sostenible del Lago Ypacaraí (Conalaypa) ayudaron a la estabilización de +10metros en la regla del Club Náutico de San Bernardino y, con ello, también se inició un proceso de depuración gracias al proceso natural del cauce.

Cloacas

No obstante, la gran problemática es la cantidad de desagües cloacales que arrojan residuos a los arroyos que desembocan en la cuenca del lago. El 70% de la contaminación proviene de las cloacas de al menos siete ciudades y solamente una de ellas está próxima a inaugurar un alcantarillado sanitario, la de San Lorenzo.

Las demás ciudades que impactan directamente, como Capiatá, Itauguá, Ypacaraí, J. Augusto Saldívar, Pirayú y San Bernardino, todavía no tienen llamados licitatorios iniciados por parte del Ministerio de Obras Públicas.

El ingeniero Hugo Ruiz, de la Dirección de Agua Potable y Saneamiento (DAPSAN) del MOPC, explicó que existe un plan maestro de saneamiento que implica la construcción de una planta única de tratamiento al costado del río Salado. Allí se procesarían todos los efluentes que recibe el lago de las distintas ciudades y se depuraría el agua antes de ingresar al cauce.

No hay financiamiento

El ingeniero Ruiz confirmó que el plan ya existe hace seis años pero por diversos motivos no ha podido avanzar. En los últimos dos años, por ejemplo, la pandemia implicó que obras como estas queden suspendidas por tiempo indefinido.

Resaltó que en algunas ciudades como Areguá e Itauguá se iniciaron las gestiones para plantas de tratamiento pero, en el primer caso, la sociedad civil se opuso y, en la segunda localidad mencionada, la contratista no cumplió correctamente y se canceló la licitación.

En ese sentido, explicó que el plan maestro es la mejor alternativa y hay intenciones de varios organismos internacionales para financiar el proyecto, pero se requiere la aprobación del Ministerio de Hacienda para iniciar las gestiones.

Saneamiento natural

Mientras tanto, Renato Maás, titular de la Conalaypa, confirmó además que tampoco los sedimentos acumulados en el fondo del lago han sido retirados y siquiera hay un financiamiento aprobado para realizar el dragado ambiental que se requiere.

Maás admitió que la gran problemática siguen siendo las cloacas pero celebró los avances obtenidos con las geobolsas. El titular de la Conalaypa destacó que según el último informe el lago logró disminuir la presencia de coliformes fecales, que en todos los puntos de muestreo se encuentran por debajo de la máxima permitida. Las muestras fueron tomadas en San Bernardino, Areguá e Ypacaraí.

Sobre cómo se logró esa mejoría iniciada a principios de este año, explicó que principalmente fue gracias al propio poder depurativo de los minerales que tiene el lago, especialmente en los humedales. Las algas, bacterias y los microrganismos fueron purificando el agua que llegan de los arroyos y se depositan en el lago.

Relleno en los humedales

A pesar de lo mencionado, en este diciembre el lago volvió a ponerse en riesgo, puesto que se iniciaron trabajos de relleno de suelo en un sector de los humedales del Lago Ypacaraí, en la ciudad de San Bernardino. Esa obra contó con el aval del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) e incluso con una sentencia firme de la Corte Suprema de Justicia.

Esa obra se inició en medio de un proyecto de urbanización impulsada por el empresario Christian Domínguez. Desde la Conalaypa, Máas cuestionó duramente que se haya otorgado los permisos y explicó que la obra podría afectar el proceso de saneamiento del lago, que hasta se convertiría en una “gran cloaca”.

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