22 de diciembre de 2025

Monseñor Ricardo Valenzuela, obispo de Caacupé, expresó su preocupación por el aumento de feminicidios, homicidios y filicidios en el país, señalando que la violencia y el rencor están vinculados a una profunda crisis de esperanza, especialmente entre los jóvenes, a quienes describió como uno de los sectores más vulnerables de la sociedad actual.

La Fiscalía exhorta a no exponer a los niños ante juegos engañosos y evitar la explotación de menores con discapacidad, la venta de alcohol y sustancias prohibidas, dentro del marco de la festividad de la Virgen de Caacupé.

La Villa Serrana volvió a vibrar en la noche previa al 8 de diciembre con la tradicional Serenata a Tupãsy Caacupé, una celebración donde la música, la fe y la gratitud se mezclaron en un solo sentimiento. A medida que caía la noche, miles de peregrinos fueron ocupando cada espacio frente a la Basílica, algunos aún con el polvo del camino en los zapatos, pero con el corazón lleno de emoción por llegar ante la Virgencita Azul.
Desde la edificación de la primera iglesia para albergar la imagen de la Virgen de los Milagros en Caacupé, el 4 de abril de 1770, han pasado 255 años. La réplica de la Inmaculada Concepción se multiplicó a partir de allí –no sabemos exactamente desde cuándo– y llegó a todos los hogares paraguayos.

El obispo de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela, presidió la misa central en la Basílica y aseguró que “vivimos un Halloween diario de violencia, miedo y pérdida de valores”. Invitó a los fieles a mirar con esperanza el presente del país, marcado según dijo por el olvido de los valores humanos y cristianos.

“La pobreza no es una cuestión social ni una estadística, es una cuestión familiar, porque los pobres son nuestros hermanos”, afirmó con voz firme monseñor Eduardo García, obispo de la Diócesis de San Justo (Argentina), al presidir la misa central este domingo en el Santuario de la Virgen de los Milagros de Caacupé. En su homilía clamó contra la indiferencia ante el dolor de los más humildes.