Un Tribunal de Sentencia de la Capital condenó este jueves a Sixto Fleitas, exgerente del Banco Nacional de Fomento (BNF) y a sus cómplices, procesados por un caso de cohecho pasivo agravado. Los tres recibieron distintos años de pena carcelaria.
Con el allanamiento en una granja de Juan León Mallorquín, donde se detuvo a dos personas y otras dos resultaron abatidas, se frustró un nuevo atraco a un transportador de caudales que la banda preparaba, informó la Policía.
JUAN LEÓN MALLORQUÍN. Dos delincuentes sindicados de asaltar el Banco Nacional de Fomento (BNF) en la ciudad de Natalio (Itapúa) fueron abatidos esta mañana durante un temprano allanamiento. Además, otros dos presuntos criminales fueron detenidos y uno de ellos se habría escapado.
El senador Colym Soroka -oriundo de Itapúa- plantea que uniformados militares custodien las sucursales del Banco Nacional de Fomento (BNF) como también las zonas fronterizas del río Paraná en el séptimo departamento. “De nada sirve cubrir un lado y dejar desprotegido otro”, sostuvo.
Tras una reunión con el gobernador de Itapúa, el jefe de la Dirección Departamental de la Policía Nacional, Comisario General Carlos Acosta, confirmó que realizarán cambios en las comisarías. También habrá nuevo jefe en el departamento de Investigaciones y en Prevención y Seguridad.
El último asalto tipo comando con explosivos a la sucursal del Banco Nacional de Fomento (BNF) en Natalio (Itapúa), cometido el sábado por unos treinta delincuentes que huyeron con un botín de nada menos que cien mil dólares y 300 millones de guaraníes, acaba de demostrar que la delincuencia campea y cada vez más goza de buena salud. En las prisiones, desde donde se encargan fechorías diversas, se introducen armas blancas y de fuego, aparte de teléfonos móviles y estupefacientes, sin que nadie se entere a tiempo: son una zona liberada para planificar y ordenar la comisión de graves hechos punibles mediante el uso de teléfonos móviles, nunca bloqueados pese a los planes oficiales de larga data. No sería raro que allí se enseñen nuevas modalidades delictivas, como las operaciones “tipo comando” para saquear cajeros automáticos, con el uso de vehículos y hasta de fusiles, cuya difusión tendría que ver también con el auge del tráfico de armas hacia el crimen organizado brasileño: algo quedaría en poder de la delincuencia paraguaya, cada vez más violenta y “profesional”.