The Twilight Sad

Robert Smith, que cumplió años el martes, canta en el Lado B del próximo material que el 15 de junio lanzará con Fat Cat Records la banda escocesa de indie rock y post punk The Twilight Sad, formada en el 2003; sepamos un poco más de ella.

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EL ORIGEN

Cuando James Graham y Andy Mac Farlane eran compañeros en el bachillerato, formaron un grupo para tocar covers con otros amigos, entre ellos Mark Devine, y cuando, egresados todos del colegio ya, a fines del 2003, Andrew Mac Farlane conoció a Craig Orzel en la parada del colectivo, lo invitó a unirse a una nueva banda de indie rock recién formada por ellos.

Era The Twilight Sad, surgida así en la ciudad de Kilsyth, en el norte de Escocia, entre las colinas de Kilsyth y el río Kelvin, con una formación original integrada por James Graham en la voz (de fuerte acento escocés), Andy MacFarlane en la guitarra, Mark Devine en la batería y, en el bajo, Craig Orzel (que dejó el grupo en el 2010).

De sonido profundo, oscuro, por momentos algo enigmático, a la medida de esos silencios internos que sus canciones vuelven audibles y que vienen del mudo subconsciente de sus historias de vacíos, misterios, parricidios, niños enmascarados y padres espeluznantes, The Twilight Sad es una de esas bandas que, por algún motivo, parecen estar siempre «al lado del camino» –que diría Fito Páez– de la gran industria, al margen de la avenida principal –y de doble sentido– del mainstream, siempre seguidas por audiencias pequeñas, aunque leales.

EL NOMBRE

Nacido en Shropshire en 1893 y muerto (como por humor negro, justo una semana antes de que terminara la guerra) a los veinticinco años, en 1918, el poeta Wilfred Owen, con su máscara de gas, ampara las tortuosas fantasías de esta banda de indie rock.

Soldado en la Primera Guerra Mundial, Owen, conocido por sus crudas visones del horror de las trincheras, escribe en el poema «But I was looking at the permanent stars».

«Bugles sang, saddening the evening air,

And bugles answered, sorrowful to hear.

Voices of boys were by the river-side.

Sleep mothered them; and left the twilight sad…»

(«Cantaron los clarines, ensombreciendo el aire vespertino, / y contestaron los clarines, dolorosos al oído. / Había voces de chicos en la ribera del río. / El sueño los abrazó, y dejó el ocaso entristecido…». Traducción de M. Álvarez).

«The twilight sad», la triste penumbra, ese clima espiritual propio del anochecer, parece ser el mismo clima de las canciones de este grupo que lleva por nombre las palabras del verso de Owen que acabo de trascribir.

The Twilight Sad. Tardé, la verdad, en relacionar la banda con el poeta –inspirador para los músicos, al parecer, pues también, como es sabido, toma sus versos Benjamin Britten en el War Requiem Opus 60–. Hubiera podido reparar antes en ello. Pero es que, como diría Owen, «yo estaba mirando las eternas estrellas…».

THE CORNER

En cambio permanente, después de su álbum debut, Fourteen autumns & Fifteen winters (2007), con toques de shoegaze y tal vez influjos como el de Joy Division para el espesor lúgubre y saturado de sus melodías de carácter sombrío, y de su segundo disco, Forget the night ahead (2009), de canciones sobre rencores pacientes y venganzas desoladas con rugidos de guitarra, en el cual más de un crítico británico vio la sombra de Morrissey y de Mogwai, The Twilight Sad adoptó una cara más electrónica en su tercera producción discográfica, No one can ever know (2012), sin perder sus rasgos característicos sino más bien, por el contrario, sumando complejidad en su evolución.

Nobody wants to be here and nobody wants to leave, cuarto álbum del grupo, fue lanzado por el sello discográfico independiente de Brighton Fat Cat Records (que por cierto, bonita coincidencia, empezó como una tienda de discos en 1989 en Crawley, ciudad a la que se mudó con su familia, en 1966, el pequeño Robert Smith a los siete años de edad y en la que, a los catorce, creó su primera banda: The Crawley Goat Band) en octubre del 2014.

Robert Smith ha grabado para el Lado B del próximo lanzamiento de los escoceses un cover del primer tema de ese álbum, la canción «There’s A Girl In The Corner».

Este nuevo material de The Twilight Sad, cuyo lanzamiento está anunciado para el próximo lunes 15 de junio, será un sencillo en vinilo, con la canción «It never was the same» en la cara principal.

Afortunados escoceses. Porque, lector, imagínate que eres un músico, y admirador de The Cure, por añadidura, y que Robert Smith graba un cover de una canción tuya para el Lado B de un material tuyo. Además de hablar bien de tu talento, eso habla de la libertad y de la inteligente nobleza del líder de The Cure. Y cada vez que sucede, es una enorme fortuna encontrar esas cualidades, tan raras en esta vida.

juliansorel20@gmail.com

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