5 de diciembre de 2025

A días del esperado 8 de diciembre, cuando miles de peregrinos llegan hasta la Villa Serrana para honrar a la Virgen de Caacupé, un pequeño rincón de la ciudad guarda emociones, fe y recuerdos que conmueven. Se trata de “Lili Spa”, un lugar donde las imágenes de la Virgencita reciben cuidados especiales para lucir radiantes en su festividad.


El tradicional Tupãsy Ykua de Caacupé registra un importante movimiento de peregrinos en estos días previos a la fiesta mariana. Según el fotógrafo caacupeño Eric Sosa, quien trabaja hace años en la zona, llegan a su puesto alrededor de cien personas por día, muchas de ellas procedentes de diversas ciudades del país y también de Argentina y Brasil.

En la antesala de la gran fiesta mariana, este sábado 6 de diciembre se vivirá una nueva edición de la Serenata Guazú, un encuentro artístico tradicional que convoca a miles de peregrinos y devotos que llegan hasta Caacupé para honrar a la Virgen. El evento contará con la participación de reconocidos músicos nacionales que aportarán su talento y emoción a la festividad.

Mons. Marcelo Benítez lanzó un llamado a la justicia ecológica y advirtió que el Estado no está asumiendo su responsabilidad en la protección de la “casa común”. Denunció modelos de producción que destruyen la naturaleza, el avance del agronegocio con agrotóxicos y la falta de políticas efectivas que resguarden a los más vulnerables frente a la crisis climática. Fue durante la misa en el quinto día del novenario de la Virgen en Caacupé.

El obispo emérito de Ciudad del Este advirtió que la corrupción se volvió una herida profunda que lastima a las familias paraguayas y frena la construcción de la fraternidad. “La corrupción nos entristece y es cruel con los que nada tienen”, resaltó. Fue durante la misa vespertina del cuarto día del novenario de la Virgen de Caacupé.

La imagen de la Virgen de Itatí llegó esta mañana desde su ciudad de origen, Itatí (Corrientes, Argentina), para cumplir su tradicional visita a la Virgen de Caacupé. El ambiente estuvo cargado de emoción: cantos, aplausos y lágrimas que acompañaron el esperado reencuentro, que desde hace 25 años une a devotos de ambos países en un gesto profundo de fe.