15 de diciembre de 2025

El fervor popular hacia la Virgen de Caacupé, intercesora de milagros y que cada diciembre reúne a miles de fieles, continúa tras la celebración central del 8 de diciembre. En el santuario se siguen oficiando misas diarias dentro del octavario de la madre común de los paraguayos, con una concurrencia que se mantiene alta. La última celebración está prevista para mañana a la las 7:00.


Tras la multitudinaria festividad mariana, Caacupé volvió a enfrentar el mismo desafío de cada diciembre: montañas de basura acumulada. El Operativo Caacupé trabaja sin pausa y, según la Municipalidad, ya se retiraron unas 500 toneladas de residuos, evidencia de un problema que se repite año tras año.

El fraile dominico Leoncio Vallejos lamentó el aumento del presupuesto de los gastos reservados para cubrir el costo de los viajes del presidente de la República, cuando no hay dinero para el tratamiento de niños que padecen cardiopatías y no hay recursos para abastecer de medicamentos los hospitales públicos. También lamentó la marginación de indígenas, la represión a campesinos y a los jóvenes de la Generación Z. “¡Volvimos a la época del Chake!”, advirtió.

El rector del Santuario de Tupãrenda, Óscar Iván Saldívar, presidió la misa vespertina del Día Central de la Virgen de Caacupé y destacó a María como “estrella de la esperanza”. En su mensaje pidió apertura al amor, generosidad en el servicio y un renovado compromiso por el bien del Paraguay.

El Operativo Caacupé 2025 dejó al descubierto nuevamente un problema que cada año se agrava: la enorme cantidad de basura que generan los feligreses y visitantes durante la celebración mariana. Según informó Erika Paredes, jefa del Departamento de Aseo Urbano de la Municipalidad, este año se superarán las 30 toneladas de residuos, una cifra que triplica lo registrado el año pasado.

En cada diciembre, miles de peregrinos llegan hasta la Villa Serrana con promesas, agradecimientos y súplicas que se entrelazan en un mismo sentir. Entre esa multitud, cinco historias sobresalen por la fuerza interior de sus protagonistas, por la esperanza que cargan y por la devoción que los trae hasta los pies de la Virgencita Azul.