30 de diciembre de 2025


En el día de la Virgen de Caacupé, los obispos del Paraguay pusieron nuevamente énfasis sobre los principales problemas que afectan a nuestro país, resaltando en numerosas referencias los efectos de la corrupción y la necesidad de adoptar medidas para combatirla por sus efectos nefastos sobre nuestra sociedad. El oficiante principal, el obispo local, monseñor Ricardo Valenzuela, enfatizó en su homilía que los gobernantes deben atender siempre el bien común. Sostuvo que sus acciones deben fundarse en la honestidad y en el espíritu de servicio, sobre todo hacia los más vulnerables, para que tengan una vida digna. “Ello exige erradicar la corrupción, una de las grandes causas del triste estado de un país, como el nuestro, ...”, agregó. Por su parte, los obispos del Paraguay emitieron una Carta Pastoral sobre el Bien Común, una de las más enjundiosas de los últimos años, en la que hicieron un repaso de los temas más candentes de la actualidad y sugirieron algunas líneas a seguir.

El fraile dominico Leoncio Vallejos lamentó el aumento del presupuesto de los gastos reservados para cubrir el costo de los viajes del presidente de la República, cuando no hay dinero para el tratamiento de niños que padecen cardiopatías y no hay recursos para abastecer de medicamentos los hospitales públicos. También lamentó la marginación de indígenas, la represión a campesinos y a los jóvenes de la Generación Z. “¡Volvimos a la época del Chake!”, advirtió.

Arnaldo Ayala, miembro del comité ejecutivo de la Federación Nacional Campesina (FNC), habló sobre el mensaje de la homilía central de la misa por el día de la Virgen de Caacupé, donde el obispo Ricardo Valenzuela criticó la corrupción y el acaparamiento de bienes.

Como ya es toda una tradición y desde hace varios años, una gran cantidad de fieles de Tupasy Caacupé de esta región chaqueña se congregaron en la cima de uno de los cerros Los Tres Hermanos de Fuerte Olimpo, donde participaron de la misa central. Los peregrinos realizaron un enorme sacrificio para escalar los improvisados senderos del cerro y así llegar hasta lo más alto, donde está erigida una gigantesca imagen de la madre de Jesús.